Bogotá 5 de junio de 2015

 

Señor

Juan Carlos Hernández

Gerente Diario La República.

 

 

Estimado Dr. Hernández:

 

 

En la edición del día de ayer de La República, al leer la página editorial me llamó la atención el sugestivo titular Austeridad, austeridad y austeridad en el artículo principal de la misma y que resultó ser escrito por el columnista Luis Guillermo Vélez Cabrera.

En el primer párrafo de su columna, el columnista deja en claro su intención de refutar la crítica hecha por la senadora por el Centro Democrático Paola Holguín a la compra hecha por el gobierno de la sede diplomática de Colombia en Washington.  Al leer el artículo sentí una profunda desilusión al no encontrar un solo argumento en soporte a la decisión del gobierno y de ver que por el contrario el Sr. Vélez  dedica la totalidad de su columna a ridiculizar al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y a burlarse de su obra de gobierno.

Esta columna constituye una falta de respeto no sólo para con el ex presidente Uribe sino para con la totalidad de los lectores del periódico, independientemente de su filiación política. Olvidan el Sr. Vélez y La República que sus lectores buscamos además de información económica de buena calidad, opiniones que nos ayuden a formar un mejor criterio sobre la situación económica del país y la ridiculización y el destilar pasiones personales no sólo no ayuda a formar criterio alguno sino que nos hace perder tiempo al leerlo. En mi caso personal, esta columna pone en duda el continuar suscrito al periódico ya que no quiero volver a perder cinco minutos de mi valioso tiempo.

Al publicar esta columna,  La República no hace gala de pluralidad informativa ni de respeto a la libertad de opinión, ya que una ridiculización y una burla aleve no constituyen ni información ni califican como opinión.

Por si lo anterior fuera poco, sorprende que un periódico y un columnista que tanto apoyan y ponderan la propuesta de Paz y del presidente Santos, ignoren que el respeto es la base fundamental de la relación entre seres humanos y la mínima condición para la existencia de la paz. Y si a lo anterior se le añade que quién es objeto de esta falta de respeto es un líder admirado y querido por la mitad de los colombianos,  que se identifican con su ideario y agradecen su obra de gobierno, el publicar esta columna se convierte en una auténtica provocación.

Errar es de humanos y pedir excusas es de caballeros, por lo que como lector y suscriptor de La República espero del columnista Vélez y del periódico el presentar disculpas  públicas al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y a nosotros los lectores.

 

Cordialmente,

 

Carlos Alberto Londoño Castro

Suscriptor.

 

Columna de Luis Guillermo Vélez