La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), recientemente reportó que, en 2021 Colombia registró una cifra récord de cultivos ilícitos: 204.000 hectáreas (43% más que en 2020, año en que se registraron 143.000 hectáreas), con una producción de 1.400 toneladas de cocaína. En su Informe, la ONU destacó que el 62% se concentra en los departamentos de Nariño, Norte de Santander y Putumayo; el 45% en 10 municipios, siendo Tibú el de mayor área cultivada, con 22.000 hectáreas. Así mismo, evidenció que casi la mitad de tales cultivos se asientan sobre zonas que llaman la atención, como Parques Nacionales Naturales (4%), Resguardos Indígenas (10%), reservas forestales (17%) y comunidades negras (21%).
Entre tanto, el pasado 11 de octubre, las mayorías petristas en Plenaria de la Cámara de Representantes aprobaron en segundo debate, el proyecto de Acto Legislativo 002 de 2022 Cámara, “por medio del cual se modifica el artículo 49 de la Constitución Política de Colombia y se regulariza el Cannabis de uso adulto”, con lo que se pretende eliminar la prohibición constitucional del consumo de este estupefaciente y sus derivados.
A pesar de los esfuerzos de la oposición advirtiendo la inconveniencia de dar un paso hacia la eliminación de la prohibición vigente, en términos de derechos, especialmente de los niños -que son prevalentes—y de salud pública, es un hecho que las mayorías en el legislativo aprobarán tan nefasta reforma constitucional, con la disculpa falaz del respeto al libre desarrollo de la personalidad y el supuesto fracaso en la lucha contra las drogas.
Adicionalmente, el informe mundial sobre las drogas 2022 de UNODC y el informe de la ONU sobre legalización del cannabis para uso recreativo (2018) han evidenciado preocupantes hallazgos, entre ellos, que la legalización del cannabis ha acelerado el consumo diario y los problemas de salud pública. Por ejemplo, en Norteamérica, ha aumentado el consumo diario de productos cannábicos potentes y sobre todo entre las personas adultas jóvenes, aumentando además, los casos relacionados con trastornos psiquiátricos, suicidios y hospitalizaciones.
En el caso específico del Estado de California, la intoxicación, los trastornos de conciencia, los trastornos de percepción, los ataques de pánico, las alucinaciones, la reducción de la capacidad para conducir y el aumento del riesgo de lesiones por accidentes de tránsito se han multiplicado por dos.
En muchos países de África y América del Sur y Central, la mayor proporción de personas en tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de drogas se relacionan con el cannabis.
284 millones de personas entre 15 y 64 años consumieron drogas en todo el mundo en 2020, lo que representa un aumento del 26% respecto a la década anterior. Las personas jóvenes están consumiendo más drogas y los niveles de consumo actuales en muchos países son más altos que los de la generación anterior.
A nivel global, 11.2 millones de personas se inyectan drogas. Alrededor de la mitad vive con hepatitis C; 1.4 millones con VIH y 1.2 millones, con ambos.
La experiencia adquirida con el consumo del alcohol y el tabaco parece indicar que la legalización del cannabis aumenta la posibilidad de que caiga en manos de menores. Además, el uso del cannabis con fines no medicinales contraviene los tratados internacionales de fiscalización de drogas.
El riesgo de dependencia es de 1 de cada 10 entre los que lo han consumido alguna vez, 1 de cada 6 en consumidores adolescentes y 1 de cada 3 en consumidores diarios, con resultados más graves y persistentes entre los adolescentes que entre los adultos.
No cabe duda que la legalización del cannabis de uso recreativo profundizará la crisis de salud pública que ya vive el país por el aumento del consumo interno de drogas, incrementando, para nuestra desgracia el riesgo para la población infantil.
P.D. mientras el Gobierno Petrista y sus mayorías quieren legalizar el uso recreativo de la marihuana, ilusiona el discurso de Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid, al lanzar su campaña contra las drogas, donde afirmó “son sobre todo una amenaza para la pérdida de libertad de la persona; pero sobre todo, destrozan proyectos de vida”… “Nosotros somos un Gobierno que está en contra de todo lo que tiraniza, esclaviza y hace que cada persona pierda el rumbo de sus vidas. Y frivolizar con las drogas como están haciendo desde distintos partidos y desde distintas administraciones por todo el mundo, no nos va a llevar más que a un fracaso social sin precedentes”