Faro de libertad

Por Paola Holguín – @PaolaHolguin

Siendo miembro de Foro Madrid desde su fundación en 2020, tuve el honor de participar como panelista en el ‘III Encuentro Regional de Río de la Plata’, que se llevó a cabo en el Palacio de la Libertad (antes Centro Cultural Kirchner) de Buenos Aires, el pasado 5 y 6 de septiembre.

Allí tuvimos la oportunidad de escuchar a grandes líderes Iberoamericanos de la lucha por la libertad, la democracia y el Estado de derecho, como el presidente Javier Milei y varios secretarios de su Gabinete; Santiago Abascal, presidente de Vox, y José Antonio Kast, fundador del Partido Republicano de Chile. Allí se analizaron los desafíos de nuestras democracias y las consecuencias que dejan años de gobiernos populistas de izquierda, que han profundizado la polarización sociopolítica, entorpecido el crecimiento económico y debilitado el Estado de derecho en nuestras Naciones.

Precisamente, al lado de Cuba, Nicaragua y Venezuela; Argentina es un ejemplo paradigmático del desastre que puede llegar a significar el modelo socialista, populista y demagógico, que es -además- altamente clientelista y corrupto. En el discurso de apertura del Foro, el presidente Javier Milei hizo una radiografía del legado que dejó la sucesión de gobiernos de izquierda en tres décadas en ese país, que burocratizaron aún más el Estado e implementaron políticas que pulverizaron la estabilidad económica.

En cuanto al socialismo, Milei sentenció que se trata de un “abismo sin fondo” que arrastra a los países a la miseria, tal como sucedió en Argentina, en donde el sostenimiento de las políticas sociales, cada vez más generosas, se logró a costa del castigo a la clase media, a los empresarios y a los generadores de empleo; con altos impuestos, endeudamiento e impresión de dinero, se perpetuó el ciclo de pobreza y de crisis.

Entonces, Argentina pasó de ser la nación con el PIB per cápita más alto del mundo a una en la que el 60% de la población vive en la pobreza, con una tasa de inflación equivalente al 17.000% anual, un déficit fiscal descontrolado y un clima de incertidumbre que espantó la inversión extranjera.

Aunque drásticas, las reformas estructurales al Estado, la adopción de medidas de austeridad en el gasto público y el freno a la emisión de dinero (lo que propuso Petro hace apenas un par de semanas), lograron en tiempo récord, frenar la depreciación del peso frente al dólar, controlando la volatilidad en el tipo de cambio, alcanzando un superávit fiscal sostenido por primera vez en 20 años, y un superávit comercial; además, ha atraído más de USD50.000 millones en inversión extranjera, lo que ha fortalecido la economía y proporcionado nuevas oportunidades para el crecimiento. Milei saneó el balance del Banco Central, evitando que el Estado siga utilizando los depósitos de los ciudadanos para financiar sus déficits.

Milei va camino a lograr el equilibrio macroeconómico, sin saquear el bolsillo de los argentinos con reformas tributarias confiscatorias, y, por el contrario, adoptó medidas para simplificar el sistema tributario y reducir la presión fiscal, instauró el programa de regularización de obligaciones tributarias, aduaneras y seguridad social, ofreciendo condonaciones de multas e intereses.

Finalmente, como lo afirmó el Presidente Argentino, la libertad es frágil, “hay que ganársela, pelear por ella y cuidarla todos los días, porque te descuidas un segundo y te la arrebatan”.

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