La semana pasada se realizó en Cali el foro sobre prevención del delito y la violencia, donde intervinieron Juan Manuel Santos y el Alto Consejero Francisco Lloreda, allí varias cosas quedaron en evidencia.
1. Colombia cuenta con una política nacional de seguridad y convivencia en el papel que no funciona en la ejecución.
2. El país tiene un grave problema de seguridad al que el Gobierno no sabe como hacerle frente.
3. La política de seguridad debería ser de estado y no de Gobierno, para no estar sometida a los caprichos del mandatario de turno.
Colombia requiere regresar a una visión integral y transversal de seguridad, donde se trabaje desde la prevención, control y represión y rehabilitación. Donde se tengan en cuenta las diferentes formas de violencia y delincuencia y sus múltiples causas, para atacar cada una de acuerdo a su naturaleza. Donde se involucre a la ciudadanía en el diseño, implementación y evaluación permanente de la política. Donde se trabaje de manera coordinada entre los niveles nacional, departamental y municipal y donde se asuma de manera real el liderazgo en la comandancia de las fuerzas militares y de policía.
Finalmente, la crisis que es pública fue evidenciada en las declaraciones privadas de nuestro Director de Policía , General Riaño. Con él toda la solidaridad.