*Intervención de la senadora del Centro Democrático, Paola Holguín en el debate sobre aumento en el consumo de sustancias psicoactivas en la plenaria del Senado de la República.*
En el Congreso de la República permanentemente se ha denominado guerra a lo que en realidad ha sido, un Estado legítimo combatiendo estructuras narcoterroristas. Es importante recordar que a los acuerdos de La Habana, los colombianos le dijimos NO en las urnas, pero se impuso a la fuerza, gracias a unas mayorías del Gobierno de Juan Manuel Santos.
Quienes hoy hablan de las víctimas y de la verdad, que bueno sería que se lo explicaran a Alexandra Vargas, a quien reclutaron a la fuerza cuando era menor de edad y fue violada y abusada sexualmente por varios comandantes de las FARC y la única respuesta que encontró por parte de quienes hoy hablan de verdad y de víctimas, es que «esa era la vida que les tocaba vivir a las guerrilleras».
Gritan que tienen representatividad política, pero me pregunto: ¿de quién? si no sacaron votos ni siquiera para mantener una personería jurídica. En el Congreso hay unas curules asignadas a dedo para unos criminales que no pagaron ni un solo día por sus delitos.
Nos dicen que tenemos que comprobar que las FARC estaban en el negocio del narcotráfico. El Ministro de Defensa del gobierno Santos a quien ellos tanto defienden, dijo en su momento que las FARC manejaban el 60% del negocio del narcotráfico. El exfiscal encargado Perdomo, quien defendió tanto el acuerdo de La Habana, dijo que “la Fiscalía tenía pruebas de los nexos de las FARC con narcotráfico” y cómo hacían parte de toda la cadena del delito.
El procurador mexicano Eduardo Medina, dijo en su momento, que existían unas pruebas de las FARC con todos los carteles de narcotráfico. Toda la relación de las FARC con este negocio maldito, está documentado en los computadores de los jefes guerrilleros como Fabián Ramírez, John 40, el Negro Acacio, Raúl Reyes y Alfonso Cano; para citar solo algunos.
Primero comenzaron con el negocio del cuidado de los cultivos y el cobro del gramaje. Recordemos desde los años 80 la captura de Fernandiho, recordemos a Carlos Bolas, recordemos lo que está diciendo Marlon Marín. Y sí, queremos conocer la verdad, queremos conocer los vínculos de Timochenko y Pastor Alape con el narcotráfico del Norte de Santander, Santander, Magdalena Medio y Antioquia.
Queremos saber del nexo de Pablo Catatumbo y Walter Mendoza, con el negocio del narcotráfico en buena parte del suroccidente colombiano, especialmente en el Valle del Cauca, Cauca y Chocó; queremos saber de la relación que tienen miembros de las FARC con Diego Montoya, el hombre de la Camisa Roja, ambos extraditados a Estados Unidos.
Queremos saber de la relación de Iván Márquez y Jesús Santrich con los negocios de narcotráfico en la región Caribe; queremos saber de los vínculos que tienen quienes posan se líderes políticos y sociales, con el manejo del negocio del narcotráfico hacia Centroamérica, México y Estados Unidos en la zona del Golfo de Morrosquillo, Barranquilla y Santa Marta.
Queremos saber de Fabián Ramírez y Grannobles como parte de una larga lista.
Sí, queremos saber la verdad señores de las FARC.