Por Paola Holguín – @PaolaHolguin
Hace poco, en un acto de entrega de tierras, un día después de que el Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, mencionara una vez más la necesidad y la posibilidad de un “acuerdo nacional”, Petro afirmó que quienes convocan a la unión para hacerle frente “están asustados”.
Y sí, Petro tiene toda la razón, los colombianos estamos asustados.
Asustados por las consecuencias del desastre económico al que nos ha arrastrado su improvisación y fundamentalismo en la administración de las finanzas públicas. Por un lado, su gobierno logró -en tiempo récord- desacelerar el comportamiento del PIB en pospandemia, que pasó de 10,8% en 2021 y 7,3% en 2022 a 0,6% (pr) en 2023. En el primer trimestre de 2024, el crecimiento fue de apenas el 0,7%, lo que representa -75% frente al mismo periodo de 2023 (2.8%) y de -91,4% frente al de 2022 (8.1%). La caída no fue más estrepitosa debido al aumento en el gasto público (22%), pero a costa del consecuente desfinanciamiento del Estado que ha llevado a Petro y a su ministro de Hacienda a anunciar el bloqueo parcial de las apropiaciones de gasto asignadas a todas las entidades públicas. Es decir, los problemas de caja que había previsto el ministro Bonilla para el último trimestre del presente año, se adelantaron. Por lo pronto, Petro recortará los recursos de la rama judicial, a la que ha acusado de urdir un ‘golpe blando’ en su contra.
Asustados estamos también por el deterioro acelerado de la seguridad y la defensa del País. Como no lo experimentábamos desde hace 20 años, las organizaciones criminales, fortalecidas por la política de Paz Total de Petro, han ejecutado ataques con explosivos a estaciones de Policía y unidades Militares, tanto en poblaciones del Cauca y en ciudades capitales como Villavicencio y Popayán; en esta última mediante el empleo de drones. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en el primer trimestre de 2024, los eventos de riesgo de desplazamiento forzado aumentaron 70%, siendo Nariño, Chocó, Cauca, Antioquia y Valle del Cauca los departamentos más afectados. Según la Cruz Roja, en 2023 aumentó el número de poblaciones confinadas en un 19%, frente a 2022. El propio Ministerio de Defensa Nacional reveló que en 2023 los delitos de alto impacto aumentaron: las masacres 8%, los secuestros 56%, la trata de personas 26%, la extorsión 5%, y los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente 25%.
Asustados sí, además, por el ideologizado manejo de nuestras relaciones internacionales, que ha llevado a la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, un socio estratégico en materia de seguridad, defensa y agroindustria, así como el alineamiento con regímenes antidemocráticos como el venezolano y el iraní.
En fin, son serias, muchas y variadas las razones para estar asustados por el presente y preocupados por el futuro inmediato del País, más aún por la retórica agresiva a la que recurre Petro para distraer el foco de atención que debería estar puesto en los continuos escándalos de corrupción y la ineficiencia de su gestión en todas las áreas.
Y finalmente, no es contra Petro que nos tenemos que unir, un pueblo siempre es más que una persona, por poderosa que se crea, la unidad es en torno a Colombia, al país que queremos contruir para las presentes y futuras generaciones.
(Fin)