El pasado 13 de noviembre, en el marco de la Convención Nacional de Juventudes del Centro Democrático que se celebró en Medellín, se dio un hecho esperanzador y sumamente inspirador, el discurso del expresidente Álvaro Uribe Vélez, en un escenario colmado por más de mil quinientos jóvenes de todas las regiones de Colombia.
Esperanzador, por lo que significa para el futuro del país y los principios enarbolados por el Partido, una ferviente y multitudinaria reunión de jóvenes ávidos por participar en política y la construcción de país, comprometidos con la defensa de la democracia, la seguridad, la inversión y la política social.
Inspirador, por la oportunidad de escuchar al expresidente, con su característico tono y cadencia de voz, arropado de una experiencia incomparable y motivado por su profundo amor por la Patria. Su intervención, que llenó de euforia a los asistentes, fue rica en reflexiones acerca de los principios que fundan y soportan al Partido, la concepción de Estado y los factores que legitiman su actividad.
El expresidente, quien reconoció que hablaba a las nuevas generaciones como padre y abuelo, enseñó a los jóvenes y recordó a los precandidatos del Partido a la Presidencia de la República, que el principal factor legitimador del Estado, la democracia y la empresa privada es el avance de la política social. Con la frase “nosotros pensamos que debe haber menos Estado burocrático, pero más Estado Social”, hizo énfasis en su visión de un Estado austero, transparente y eficiente.
Hizo un sabio llamado a la unidad, la autocrítica y a perseverar en los principios fundantes del Partido; estos últimos, como bien lo dijo, están más vigentes que nunca en este momento de dificultades y riesgos para la democracia.
Finalmente, el expresidente Uribe hizo una alegoría entre la democracia y el amor, con la que le dio cierre a uno de los discursos que quedaran en la memoria de las nuevas generaciones de actores políticos que lo escucharon. En su reflexión, motivada por sus preocupaciones sobre los resultados de las recientes elecciones en Nicaragua, recordó los estragos del comunismo en países como Cuba y Venezuela, así como lo difícil que es deponer esta clase de regímenes una vez se establecen.
Sin duda, sus preocupaciones las proyecta hacia nuestra propia realidad y, concretamente, los resultados de las próximas elecciones presidenciales.
A diferencia del amor, la democracia es un preciado tesoro que una vez perdido, no se recupera: “Uno puede reverdecer un amor que se perdió, pero la historia de la humanidad ha demostrado que cuando se pierde la democracia, no vuelve. (…) ”; fueron las palabras del expresidente.
Sin duda alguna, un acto que prueba la unidad del Partido, la conexión de la juventud colombiana con sus Principios, así como la vigencia de estos, y que nos demostró que el liderazgo del presidente Uribe continúa intacto.